El tratamiento con ketamina se ha mostrado eficaz en personas diagnosticadas con depresión mayor y, por tanto, con resistencia a los antidepresivos. Al contrario de estos medicamentos, la ketamina no presenta efectos secundarios. Otra gran diferencia es la rapidez de actuación: la mitad de las pacientes mejoran sustancialmente sus síntomas en apenas dos días, un factor clave para diluir pensamientos suicidas.