En ocasiones, las personas que sufren intensos trastornos y traumas experimentan un profundo cambio. Sienten una nueva sensación de bienestar, propósito y apreciación de la vida. Sus relaciones se vuelven más auténticas e íntimas. Sienten que han despertado y que viven de forma más intensa.

En mi reciente libro ‘Extraordinary Awakenings’ (Despertares extraordinarios), muestro que la transformación suele producirse tras un duelo, un diagnóstico de cáncer, un periodo de depresión o adicción o un tiempo en prisión. Sin embargo, he comprobado que el acontecimiento más transformador que pueden tener los seres humanos es una experiencia cercana a la muerte (ECM), cuando una persona se acerca mucho a la muerte o muere durante un breve periodo de tiempo.

Me fascinó leer un nuevo estudio reciente, en el que se comparan los efectos transformadores de las ECM y los psicodélicos, realizado por investigadores de la John Hopkins University School.

El estudio analizó las experiencias de más de 3.000 personas que informaron de cambios en su actitud hacia la muerte tras una experiencia psicodélica o una ECM. Se examinaron cuatro sustancias psicodélicas, entre ellas la psilocibina (el ingrediente activo de las setas mágicas) y la ayahuasca, un brebaje sudamericano que contiene el alucinógeno natural DMT.

En el estudio, las personas describieron tanto los psicodélicos como las experiencias de las ECMs que aportaron una actitud más positiva ante la muerte, con menos miedo. Las personas informaron de aumentos significativos en la percepción psicológica, el bienestar y el sentido de sus vidas.

El estudio encontró algunas diferencias entre los distintos psicodélicos. En comparación con las personas que tomaron psilocibina o LSD, las que tomaron ayahuasca o DMT informaron de efectos más duraderos y positivos.

Una conexión improbable

Los participantes describieron ambos tipos de experiencias como espirituales o místicas, con una sensación de unidad, trascendencia, sacralidad y asombro. Estos elementos eran más fuertes en las experiencias psicodélicas. Sin embargo, las personas que tuvieron una ECM eran más propensas a declarar el acontecimiento como «la experiencia más significativa, espiritual, perspicaz y desafiante de sus vidas».

Las ECM y las experiencias psicodélicas tienen algunas características muy diferentes. Los elementos comunes de las ECM incluyen el viaje a través de la oscuridad hacia una luz (o un lugar trascendente), el alcanzar una frontera o un punto de no retorno, el encuentro con familiares fallecidos o una revisión de la vida. Pero estos elementos no aparecen en los viajes psicodélicos, de modo que puede parecer extraño que tengan efectos transformadores similares.

Pero ambos tipos de experiencias nos llevan más allá de las limitaciones de nuestra conciencia convencional. Nuestro estado habitual es ver el mundo a través de un filtro de pensamientos, con un flujo interminable de asociaciones que pasan por nuestra mente.

Nuestro entorno cotidiano nos parece familiar y mundano. Tenemos la sensación de vivir en dualidad con el mundo, dentro de nuestras mentes y cuerpos, con el resto del mundo «externo».

En las ECM y los psicodélicos, el mundo se convierte en un lugar diferente. Hay una sensación de unidad y armonía que se siente como una cualidad natural del mundo, de alguna manera editada fuera de nuestra conciencia normal. Esta conciencia expandida tiene una cualidad reveladora. Aunque muchas experiencias psicodélicas tienen elementos alucinatorios, en este sentido, las experiencias son, en realidad, un vistazo a una realidad más profunda.

Las ECM implican un encuentro cercano con la muerte, lo que nos hace conscientes del valor de la vida. Muchas personas que tienen ECMs sienten que realmente han muerto por un corto periodo de tiempo. Probablemente por ello, el estudio ha constatado que las ECM son más transformadoras que las experiencias psicodélicas.

¿Qué es una experiencia cercana a la muerte?

En muchas experiencias cercanas a la muerte, la persona muere brevemente en un sentido clínico. Por ejemplo, tras una parada cardíaca, el cerebro y el cuerpo pueden apagarse durante un breve periodo antes de ser reanimados. En muchos casos de paro cardíaco (alrededor del 20%, según algunos estudios) las personas afirman que, aunque su cerebro no mostraba signos de actividad, tuvieron una serie de experiencias notables.

Por lo general, cuentan que abandonan su cuerpo y miran desde arriba (a veces describiendo procedimientos médicos con detalle), y luego flotan en el espacio. Es posible que vean un repaso de toda su vida, que pasa fugazmente en el espacio de unos pocos segundos.

Aunque las ECM sólo duran unos minutos (como máximo), casi siempre tienen un efecto transformador (las experiencias psicodélicas suelen durar mucho más, hasta varias horas). Las personas experimentan un gran cambio de perspectiva y valores.

Se vuelven menos materialistas y más altruistas. Se sienten más conectados con la naturaleza, con más amor y compasión por los demás. Tienen un mayor sentido de la belleza y a menudo disfrutan de la soledad y la inactividad como nunca antes lo habían hecho.

Ha habido muchos intentos de racionalizar las ECM como una alucinación causada por una actividad cerebral inusual, pero hasta la fecha no ha surgido ninguna explicación satisfactoria. En mi opinión, el hecho de que las experiencias casi siempre traigan consigo una transformación poderosa y permanente sugiere fuertemente que no son una alucinación. Seguramente no tendrían un efecto tan poderoso si fueran ilusiones.

La diferencia clave

No todas las experiencias psicodélicas, ni siquiera la mayoría, cambian la vida, por supuesto. En el estudio mencionado, no se habla de la frecuencia con la que los psicodélicos tienen ese efecto. Por lo que sabemos, los participantes pueden haber tenido otras experiencias psicodélicas que no les afectaron profundamente. Por el contrario, las ECMs son casi siempre transformacionales.

Un estudio de 2012 examinó las similitudes entre las ECMs y la DMT, y encontró que la transformación permanente era mucho menos común después de la DMT. El efecto de los psicodélicos depende del contexto y de la intención y los rasgos psicológicos de la persona. Es más probable que los psicodélicos sean transformadores si se abordan en un contexto espiritual, en contraposición al uso casual. Investigaciones recientes también sugieren que los psicodélicos pueden ayudar a aliviar la depresión y la ansiedad y conducir a un mayor bienestar emocional.

Los viajes psicodélicos no deben realizarse a la ligera. Pero, en las circunstancias adecuadas, pueden ser casi tan reveladores como las experiencias cercanas a la muerte.

Publicado por el psicólogo Steve Taylor originalmente en The Conversation. El doctor Taylor es autor de ‘Por una ciencia espiritual’, recién publicado en castellano por Koan.

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–‘Ayahuasca, un antidepresivo natural’, Plantaforma, 2 de junio de 2020