Antonio Escohotado falleció el pasado viernes en su casa de Ibiza a los 80 años de edad. No ha pasado aún un mes desde que BMed se presentó en sociedad en esa misma isla, a escasos 20 minutos de su casa. Antonio estaba invitado a aquel evento, pero declinó amablemente la invitación, aunque mostró su curiosidad por conocer en persona a Amanda Feilding, cogénere suya y luchadora en la misma trinchera por la despenalización de las drogas.
Durante aquel acto tomó la palabra Christian Jochnick, que ha apoyado el proyecto BMed desde su fundación. En su discurso, Jochnick alabó el benevolente marco jurídico español y catalán en materia de drogas, mucho más flexible que el de otros países europeos de larga tradición liberal. España -y, especialmente, Cataluña- «es un lugar único en el mundo para estudiar científicamente las plantas medicinales», afirmó el filántropo, quien se refiriró también la nutrida y experimentada comunidad psiconauta española y catalana, un caldo de cultivo idóneo para poner en marcha un proyecto con plantas maestras y psiquedélicos aplicados a la salud mental.
Es justo reconocer que el actual y renombrado ‘Renacimento psiquedélico’ del que se hacen eco los medios en el último lustro no hubiera sido posible sin el sólido andamiaje intelectual que Antonio Escohotado dotó al movimiento antiprohibicionista, precisamente en la época -los años 80- en que defender una postura liberal acerca de las drogas era ir contra corriente. Escohotado defendió valientemente este talante hasta su lecho de muerte.
Si España alberga hoy una de las sociedades más abiertas con las drogas en el mundo es, en buena parte, gracias al tenaz y elocuente magisterio de Antonio Escohotado, que defendió desde sus libros, artículos periodísticos, programas de TV y, más recientemente, internet y YouTube, el derecho inalienable del ser humano de alterar su conciencia sin intercesión del Estado o de cualquier otra autoridad: «De la piel para adentro, mando yo. Ahí empieza mi exclusiva jurisdicción, y elijo si debo o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano».
Su particular lucha por el derecho a la ebriedad empezó, cómo no, en Ibiza. En 1988, Escohotado fue arrestado por tenencia y tráfico de drogas, y condenado a dos años de cárcel que cumplió en el penal de Cuenca. Aquellas «inesperadas vacaciones» le sirvieron para escribir su monumental ‘Historia general de las drogas’, el libro germinal del movimiento antiprohibicionista en todo el mundo. Vale la pena recordar que ‘Hª general de las drogas’ fue publicado apenas habían dos décadas desde la declaración de la ominosa ‘Guerra contra las Drogas’, decretada por Nixon en 1971 y cuyos lamentables efectos aún sufrimos.
Los tres tomos de ‘Historia general de las drogas’ y ‘Aprendiendo de las drogas’ se convirtieron en una suerte de manual de toxicología para miles de españoles e hispanohablantes durante las siguientes décadas (la esperada edición en inglés verá la luz a título póstumo), y, poco a poco, el argumentario antiprohibicionista de Escohotado fue calando entre jurístas, abogados, políticos, jueces, policías, periodistas y el resto de la sociedad española, que si bien nunca leyó a don Antonio, pudo escucharle asiduamente en los programas de Televisión Española, en los que su voz atronadora y su elaborado discurso desarbolaba irremisiblemente los argumentos de sus contertulios rivales.
Investigación científica con drogas
Uno de los efectos colaterales más perniciosos y menos conocidos de la ‘Guerra contra las drogas’ ha sido la prohibición de los estudios científicos de estos compuestos -generalmente vegetales- para la elaboración de medicamentos y tratamientos de salud. En el medio siglo que viene durando esta infructuosa contienda un incontable número de personas hubieran podido beneficiarse de los indudables efectos positivos para la salud de compuestos como el LSD, la morfina, la marihuana, el MDMA, la psilocibina o incluso la denostada heroína.
La marihuana, primero, y los psiquedélicos, después están logrando escapar poco a poco de las ominosas listas de sustancias controladas decretadas por la ONU en los años 60 y 70, por revestir supuestamente de un gran peligro para la salud y adolecer, también supuestamente, de capacidades terapéuticas. La evidencia científica desmonta hoy una prohibición de índole moral y allana el camino al celebrado ‘Renacimiento psiquedélico’. Nada de esto hubiera sido posible sin el beligerante activismo de Antonio Escohotado. Descanse en paz, maestro.
Think Tank fundado en Gran Bretaña en 1998 por Amanda Feilding, pionero en la investigación con psicodélicos en el campo de la salud mental.
La organización puntera en la investigación con psicodélicos en el mundo. MAPS de Rick Doblin lidera a nivel global los programas de formación de terapeutas psicodélicos
La figura de Stan Grof en la historia de los psicodélicos alcanza la categoría de leyenda. Su legado cobra forma de un minucioso programa de formación sobre la psicoterapia con psicodélicos.